Escuela Normal Primaria Intercultural Bilingüe "Profr. Jesus Merino Nieto"

domingo, 26 de septiembre de 2010

ESTADO, EDUCACIÓN Y PUEBLOS ORIGINARIOS EN MÉXICO



Ismael Gamboa Oropeza
Universidad Mayor de San Simón
Bolivia, 2009.

El desarrollo educativo de los pueblos originarios de México se circunscribe en un contexto de vertiginosos cambios, condicionados no solamente por la dinamicidad natural que toda sociedad debe experimentar, sino sobre todo, por la ruptura total del ritmo de vida, al ser  invadidos y sometidos abruptamente hace más de quinientos años. La conquista significó para los pueblos un  punto y aparte en su devenir histórico.  La religión, la lengua, el sistema de organización, y la supervivencia misma de las diversas culturas, quedaron supeditados a los procesos de colonización y de ciudadanización que han marcado las nuevas formas de gobierno, establecidas en la colonia, república y época contemporánea.

La colonia
Consumada la conquista del imperio tenochca el 13 de agosto de 1521, quedaban conquistados por añadidura aquellos pueblos que pertenecieron a Tenochtitlan, llamado también Anáhuac. Sin embargo, no todos los pueblos aceptaron pacíficamente la nueva condición de esclavos, en todo el periodo colonial se suscitaron varias rebeliones indígenas, tal es el caso de los yopes de de la tierra caliente de Guerrero, que resistieron hasta la extinción  colectiva o de los Chiapas que al verse acorralados prefirieron el suicidio en el cañón del sumidero (Bonfil Batalla, 1987:188).

Guerra, enfermedades y el trabajo esclavizado diezmaron fuertemente a los pueblos y finalmente se vieron reducidos a las repúblicas de indios, congregaciones que facilitaban a los españoles el cobro de tributos y el trabajo de catequización. No hubo más calmecac ni telpochcalli que pudieran sistematizar el arte, el conocimiento, no más cuicacali, la casa del canto y la poesía, los registros del tiempo, los códices, todo quedó suspendido, solo la tradición oral, solo la memoria colectiva, va quedando como herencia en nuestros pueblos. En palabras del escritor indígena náhuatl Natalio Hernández, “Los antiguos tlamatinime, sabios del mundo indígena, al verse dominados tuvieron que ocultar sus conocimientos en espera de un tiempo nuevo” (1998:19)

El gobierno colonial por su parte, nunca se preocupó por dar escuela a sus súbditos, es la iglesia, quien por necesidades de traducir el catecismo se vio en la necesidad de enseñar a leer y a escribir algunos indígenas. En estas condiciones y reducidos a sus congregaciones donde seguían conservando prácticas de vida comunal, pasan trescientos años, cumpliendo con las obligaciones que les imponía el sistema, y sobreponiéndose a los abusos de los hacendados.

Los primeros cien años de la República

Después de la colonia la suerte de los indígenas no se mejora, los cambios más bien les impacta negativamente, al consumarse la independencia en 1821, significa la igualdad de todos los mexicanos ante la ley, y como bien afirma Manuel Marzal, es “el fin teórico de la explotación colonial” (1989:52) porque en la práctica, si bien eran libres de pagar tributo, ahora pagarían impuestos por sus bienes, los cuales, en tanto que eran comunales que le corona española les había reconocido, ahora por decreto quedan desposeídos, puesto que la república establecía la propiedad privada.

En el ámbito educativo como en otros ámbitos de desarrollo, el gobierno republicano aparte de estar ocupado en sistematizar su nueva organización administrativa, no podía estar pensando en proyectos de desarrollo indígenas, puesto que estos, ya no lo eran más, ahora eran simplemente mexicanos. Si durante la colonia los misioneros católicos utilizaron las lenguas nativas para fines de catequización, en los primeros años de independencia  el objetivo era relegarlas al olvido junto con todas las formas de pensamiento de sus hablantes.

La educación pública es pensada para formar ciudadanos mexicanos, se trataba en términos de Lisa Ramírez Castañeda, “plantar en el seno de cada niño, la idea de patria, independencia e individualidad” (2006:54), esta lógica rompe con el sentido de la comunalidad indígena. La escuela es pensada dice la misma autora en un modelo urbano, más que rural, para las clases medias más que para los pobres” (Op.cit:66). En suma nadie se ocupaba de los pueblos indígenas hasta que en1986, Don Ignacio Ramírez, en su calidad de Secretario de Justicia e Instrucción Pública, tímidamente se ocupó del problema indígena, al considerar que al indio había que incorporarlo a la vida nacional mediante la educación y que esta debiera ser en la lengua que habla (Ibídem: 72), enunciado sin mayor trascendencia.
La época postrevolucionaria

En realidad, la educación pública  dirige una mirada a los pueblos indígenas hasta la segunda década del siglo XX, en aras de construir la unidad nacional a partir de los escombros que dejó la revolución mexicana. La  política que sustentó la naciente Secretaría de Educación Pública con José Vasconcelos como su primer Secretario, fue la de “incorporar” al indio a la sociedad nacional, una sociedad que se vislumbraba biológicamente mestiza, lingüísticamente castellana y culturalmente occidentalizada, y la institución encargada de materializar el proyecto fue la escuela rural. 

Esta política surge como una forma de redimir a los indígenas, de las condiciones marginales en que habían vivido secularmente,  se pensaba que  el estado de atraso en que éstos se encontraban se debía a que no compartían los mismos esquemas culturales y lingüísticos que el resto de la sociedad nacional. El hecho de coexistir en México más de sesenta lenguas indígenas y una diversidad de culturas, se consideraba un obstáculo para el desarrollo no solo de los pueblos que las practican sino de la sociedad mexicana  en sí.

Con base en lo anterior, se inicia con toda una empresa de aculturación y castellanización de los pueblos indios a través de   la escuela rural, bajo la dirección del entonces Jefe del Departamento de Escuelas Rurales e Incorporación Cultural Indígena, el ilustre Rafael Ramírez.
Para conseguir sus objetivos la escuela rural mexicana pone en práctica el método de la castellanización directa, prohibiendo al alumnado indígena el uso de su lengua materna en el aula, provocando con ello una subestimación y negación de su identidad étnica.

Durante más de la mitad del siglo XX esta es la ideología que sustentó la educación en el medio rural, cuya composición era en su mayor parte indígena,  y  por tradición, subyace en la práctica educativa hasta nuestros días, y es que las concepciones ideológicas pesan en nuestro hacer docente, y sobre todo de autoridades como  Moisés Sáenz, sucesor de Vasconcelos en la Secretaría de Educación Pública quien categóricamente declaraba: “Ante el indio primitivo la tarea es primordialmente, aculturización; en el pueblo campesino el proceso ha de ser de difusión cultural, es decir, de generalización de informaciones y conceptos, de hábitos y costumbres, hasta que prive en México un tipo de vida satisfactoriamente homogéneo” (1982:92). Y más adelante agrega: “Civilizar quiere decir generalizar, perder algo de lo propio o limitarlo para ajustarnos a lo universal”(Óp. cit.p.100).

La época contemporánea

En lo sucesivo, ya en los cuarentas y como resultado del Primer Congreso Interamericano Indigenista realizado en Pátzcuaro, en el ámbito educativo se recomendó el uso de las lenguas y culturas indígenas como punto de partida para el proceso educativo escolar, estos intentos se institucionalizan y se generalizan hasta 1964 cuando surge el Servicio Nacional de Promotores Culturales Bilingües teniendo como objetivo primordial la castellanización y alfabetización de los niños indígenas.  Este paso constituye lo que pronto se convertiría  en educación primaria y preescolar bilingüe bicultural incluyendo posteriormente educación inicial.

Actualmente por recomendaciones del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y como respuesta a las demandas de diversas organizaciones indias, desde los planteamientos de la  Federación Nacional de estudiantes Indígenas en 1938 hasta las demandas del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) surgido en 1994; en el sentido de establecer nuevas formas de relación entre el Estado y los pueblos indígenas,  el Estado Mexicano   reconoce en el Artículo 2º constitucional la composición pluricultural de la nación, y que la Federación, los Estados y los Municipios promoverán la igualdad de oportunidades de los indígenas y eliminar cualquier práctica discriminatoria; en el apartado II del inciso B  establece que las autoridades de los niveles mencionados deberán garantizar e incrementar los niveles de escolaridad favoreciendo la educación bilingüe e intercultural, la alfabetización, la conclusión de la educación básica, la capacitación productiva, la educación media superior y superior (Ley General de Derechos Lingüísticos, Diario Oficial p. 11.)

Como consecuencia en el artículo Séptimo de la Ley General de Educación, a partir de 2003 establece que la educación que imparta el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento oficial, deberán promover  mediante la enseñanza el conocimiento de la pluralidad lingüística de la nación y el respeto a los derechos lingüísticos de los pueblos y que los hablantes de lenguas indígenas, tendrán acceso a la educación obligatoria en su propia lengua y español (Op.cit. p.15).

A manera de conclusión

Los resultados en educación indígena en México está en proceso de construcción, sus objetivos se han ido delineando y transformando al paso del tiempo, el enfoque ha pasado de la visión bicultural a lo intercultural,  entendiendo esta última como una forma de intervención pedagógica que valora y respeta la diversidad cultural, estas modificaciones en el camino son entendibles y necesarios, porque toda  sociedad es dinámica por naturaleza y por lo tanto sus pautas de desarrollo deberán modificarse conforme a los paradigmas del momento.

No obstante, la preocupación de las instituciones es la falta de sistematización curricular en los distintos niveles en que se opera: inicial, preescolar y primaria, existen lineamientos, y muy recientemente han salido los parámetros curriculares para la aplicación de la lengua indígena como asignatura, se puede presumir que existen también muchos maestros concientizados, que están dispuestos a concretar la enseñanza de las lenguas indígenas en el aula, sin embargo, aún con la capacitación en el manejo de los materiales, aun queda pendiente la preparación de los docentes en cuanto a conocimientos mínimos de estructura lingüística que les permita impartirlo sistemáticamente.

BIBLIOGRAFÍA

BONFIL, Batalla Guillermo. En México profundo. Una civilización negada. Editorial Grijalvo. México, 1987.

HERNÁNDEZ, Hernández Natalio. In tlajtoli, in ojtli. La palabra, el camino. Memoria y destino de los pueblos indígenas. Plaza y Valdés Editores. México 1998.

Ley General de Derechos Lingüísticos (publicado en el D.O. F.  el día 13 de marzo de 2003. pp. 11-13.

MARZAL, Manuel M. En su Historia de la antropología, Volumen I. La antropología indigenista: México y Perú. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad católica del Perú. Lima, Perú. 1981

OIT. Convenio No. 169 sobre pueblos indígenas y tribales. En: Relaciones interétnicas y educación indígena.  Antología UPN-SEP. México, s/f.

RAMÍREZ, Castañeda Lisa. En su La educación Indígena en México. México: Universidad Nacional Autónoma en México. 2006.

SAENS, Moisés. México integro.  Ediciones Fondo de Cultura Económica-SEP/80. México 1982.

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