Escuela Normal Primaria Intercultural Bilingüe "Profr. Jesus Merino Nieto"

sábado, 25 de septiembre de 2010

EQUIDAD HACIA LOS ALUMNOS PARA UNA MEJOR CALIDAD DE EDUCACIÓN.


Thais Zhalem Flores Altamirano
La escuela debe ofrecer a las niñas y a los niños oportunidades formativas  de calidad equivalente, independientemente de sus diferencias económicas, sociales y culturales.


Todas las niñas y los niños tienes posibilidades análogas de aprender y comparten pautas típicas de desarrollo, pero poseen características individuales.


Es particularmente importante recibir un servicio educativo de buena calidad y un trato sensible, pero no condescendiente, que estimule sus competencias y aliente a ellos un sentimiento de seguridad y de capacidad de logro.


Las culturas pueden estar asociadas con la pertenencia a un grupo étnico, pero pueden estar vinculadas a las formas de vida y trabajo.


El reconocimiento y el respeto a la diversidad cultural constituyen un principio de convivencia.


Para que este principio se realice plenamente, es necesario que los educadores desarrollen una mayor capacidad de entendimiento y de empatía hacia las formas culturales presentes en sus alumnos, que con frecuencia son distintas de aquellas en las que las maestras se han formado.


La educadora, la escuela y los padres o tutores deben contribuir a la integración de las niñas y los niños con necesidades educativas especiales a la escuela regular.


El artículo 41° de la Ley General de Educación, establece que la educación especial procurara atender a los educandos de manera adecuada a sus propias condiciones, con equidad social.


Esta educación incluye orientación a los padres o tutores, así también como a los maestros y demás personal de escuelas de educación básica regular que integren a alumnos con necesidades especiales de educación.


El concepto planteado en la Ley General de Educación implica tener presente que los niños y las niñas con discapacidades (intelectuales, sensoriales  o motoras) pueden encontrar en la escuela un ambiente de aprendizaje que los ayude a desarrollar las capacidades que poseen.


La buena disposición de la educadora y de la escuela es esencial  para atender a las niñas y a los niños con discapacidades, lo que implica un trabajo de apoyo con el grupo escolar, los padres o tutores y la escuela en su conjunto.


La buena disposición es esencial, sin embargo no es suficiente, se requiere que las escuelas desarrollen estrategias especificas y su personal reciba orientación, apoyo y capacitación, para un buen y mejor aprendizaje para el alumno y así vaya fortaleciéndose poco a poco y mejorando a lo largo de su vida.


La escuela como espacio de socialización y aprendizaje debe propiciar la igualdad de derechos entre niñas y niños.


En el proceso de construcción las niñas y los niños aprendan y asuman formas se ser, sentir y de actuar que son consideradas como femeninas y masculinas en una sociedad.


La equidad de género significa que todas las personas tienen los mismos derechos de desarrollar sus potencialidades y capacidades y acceder por igual a las oportunidades de participación en los distintos ámbitos de la vida social, sin importar las diferencias biológica (ser hombre o mujer).


El principio de equidad se concreta cuando las prácticas educativas promueven su participación equitativa en todo tipo de actividades.

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